PEDRO PUDÍN DE PAN COMO PERRO


   Desde niño, Pedro Pudín de Pan ya sabía que había nacido en el cuerpo equivocado. No había salido nunca del armario hasta los sesenta años de edad, pero entonces le puso una carta a Jerry Springer en seguida. Un mesecito después, estaba ante la cámara como participante en el talk show.
"¡Bienvendido!", dijo el anfitrión. "Creo que eres muy valeroso, porque quieres contarnos sobre tus experiencias. Señoras y señores, ¡les pido un caluroso aplauso para este señorito!"
Mientras Jerry y el público le daban palmadas ruidosas, Pedro Pudín de Pan ladró discretamente. El presentador le ofreció un trozo de queso. Esperó hasta que la gente ya no aplaudía, y le miró a la cara al invitado.
"¿Cómo descubriste que sería más adecuado si hubieras nacido como perro?"
Pedro Pudín de Pan se puso rojo. Su relato fue incoherente. Contó que desde párvulo tendía a menear una cola. Comía la comida del perro Fido, y recogía el periódico del buzón para llevarlo a su padre.
El animador hizo un gesto entusiasta de aprobación, y le acarició el cabello a Pedro. "¿Cuándo va a realizarse la operación?", preguntó.


Jerry Springer tuvo que repetir la pregunta, porque Pedro miró fijamente a una señorita casi desnuda que entró con un platillo de comida para perros.
"¡Dímelo!", repitió el presentador. "¿Cuándo van a pegar esa cola a tu coxis?"
Pedro miró a Jerry por un momento, pero instintivamente volvió la mirada a la comida que la modelo hubo puesto en el suelo delante de él. ¡Se le hacía la boca agua! El presentador levantó el platillo del suelo con impaciencia.
¡No debió hacerlo! Pedro mostró sus dientes, y produció un gruñido amenazador.
Jerry retrocedió por el susto, y de repente Pedro se echó a él. El perro en figura humana echó su anfitrión fuera de la escena, mientras lo miraba el perplejo público.