CATECISMO CATÓLICO

por HFH Reuvers



EL INFIERNO: UNA PREFERENCIA MALA DE POCOS

Pongamos por caso que la gente hace distinción en perjuicio de tí. Si llamas a cualquier puerta, no la abre nadie. O no te dejan a sol ni a sombra, mientras usan pretexto transparente. ¿Por qué la gente te tiene aversión? ¿A causa de tu comportamiento? Hasta tus antiguos camaradas no quieren conocerte más. Ésto es un anticipado ensayo del infierno.

Pero el infierno es peor. Ya que José y María también en vano llamaron a las puertas de los albergues de Belén. Pero no sentían odio por que la gente pretendió que faltara espacio para éllos. Ya que no era su propia culpa.
Si personas estúpidas están haciendo distinción en perjuicio de tí, no tienes que sentir odio. Martin Luther King sabía que la niebla de la falta de perspicacia iba a desvanecerse. Por eso, no sentía odio. Mientras tienes una visión o un sueño, no sentirás odio. Ya que ésto solamente puede ocurrir cuando no hallas salida, conque eres corto de vista.
Por eso, padre Titus Brandsma podía tener piedad de sus verdugos en Dachau, y perdonarles de todo corazón. Ya que no tenían alguna esperanza del cielo.

Vas al infierno si no quieres aceptar ninguna ayuda que la gente quiere darte. Si quemas todas tus naves. Si quieres arreglar todo solo, aun de manera no honrada si es necesario. Pero finalmente nadie puede soportar la soledad. Pues cuando nadie abre las puertas a las que llamas, siempre hay Jesús quien sigue llamandote con señas. Al día de su pasión, era más solo que tu, pero puso toda su confianza en Dios Padre.
Jesús te llama a tí con señas. Puedes encontrarlo siempre que alguno alarga la mano a tí y siempre que alguna puerta está entreabierta. Éstas son las manos y puertas a las que no has prestado atención antes. Y entonces, solamente si obstinadamente sigues insistiendo que no tienes espacio para Dios, como quiera que sea Su aspecto, has quemado la última nave detrás de tí. Sin embargo, tal preferencia mala es muy rara.


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