CATECISMO CATÓLICO

LA SANTA MISA

Jesús ha instituido la Eucaristía durante la última cena. Hemos visto cómo Jesús nos dio su propio cuerpo y su propia sangre como 'el pan de la vida' y 'agua viviente'. En la santa Misa, su sacrificio en la cruz y su resurrección son representados de nuevo.

Tradicionalmente, dos partes componen la santa Misa.
En la primera parte, después de los ritos de apertura oímos tres lecciones de la biblia. Se toma la primera lección del Antiguo Testamento, y la segunda de las Epístolas o de los Actos de los apóstoles. Se toma la tercera lección del Evangelio, la buena nueva sobre Jesucristo. Los domingos, hay una sermón. Después del segundo concilio vaticano, la liturgia de la palabra ha devenido en la parte más grande de la Misa del domingo. Antes del concilio, cuando uno entró en la iglesia durante el credo que era el fin de la liturgia de la palabra, no llegó tarde formalmente.
La segunda parte empieza por la preparación de los dones, pan y vino. Mientras tiene las manos sobre los dones, el sacerdote dice las palabras que Jesús dijo durante la última cena. Es el momento más importante de la Misa. El sacerdote recita el Padre Nuestro y fracciona el pan. Ahora, los fieles reconocen a Jesús en el sacerdote, como los discípulos en Emaús. Todos reciben un fragmento del pan consagrado para comerselo. Después de los rites finales, cada uno se va por su lado.

En la antigua Misa tridentina, el sacerdote vuelve su faz a Nuestro Señor en el tabernáculo, y sus espaldas a los fieles. El acento está en la segunda parte. Se ora y canta todo en latín. Los fieles reciben la hostia consagrada en la lengua, mientras están de rodillas en el comulgatorio. Yo creo que ésta Misa es más hermosa que la nueva Misa, pero tenemos que tomar precauciones para que los fieles no creerán, sin razón, que éstos ritos sean mágicos.
Además, una desventaja de la antigua Misa es que los fieles no se estrechan la mano cuando el sacerdote les desea la paz del Señor. Hoy en día, ésto es importante, porque en la vida moderna fácilmente pasamos a otras personas sin saludarlas.