CATECISMO CATÓLICO

por HFH Reuvers



LOS PADRES DE LA IGLESIA

Se llama padres de la Iglesia a un grupo de grandes teólogos en los primeros siglos después de Cristo. Tomaban partido contra las herejías como el gnosticismo y el arrianismo que intentaban tercer la doctrina de Jesús.
En la opinión de los gnósticos, los hombres están viviendo en una tierra de sombras, creada por un demiurgo malo, y tienen que aprender a saber a sí mismos para restablecer el contacto con su origen divino. Ésto nos hace pensar en movimientos medievales como el catarismo y en movimientos modernos como la antroposofía y el movimiento de la nueva era.
Los discípulos de Arrio negaban que Jesús tiene la misma esencia que Dios Padre. Ésto nos hace pensar en el modernismo en nuestra época. Otras herejías negaban que Jesús es enteramente humano.

El padre más importante de la Iglesia era San Agustín de Hipona. Con gran dolor de su madre, Santa Mónica, llevaba una vida desenfrenada cuando era aún joven. Durante esos años, sus opiniones eran aún gnósticos. Pero después de que hubo leído un cierto texto de su biblia, de repente se convirtió al cristianismo. Él mismo relata sobre ésto como sigue:
" ... (Estuve rogando) como sigue: '¡Hasta cuándo, Señor, has de estar irritado! No quieras más acordarte de nuestras iniquidades antiguas' ...
Mas he aquí que oigo de la casa vecina una voz, como de niño o niña, que decía cantando: 'Toma y lee, toma y lee'. De repente me puse con toda la atención a considerar si por ventura había alguna especie de juego en que los niños soliesen cantar algo parecido, pero no recordaba haber oído jamás cosa semejante; y así me levanté, interpretando esto como una orden divina de que abriese el códice y leyese el primer capítulo que hallase.
Toméle, pues; abríle y leí en silencio el primer capítulo que se me vino a los ojos, y decía: 'No en comilonas y embriagueces, no en lechos y en liviandades, no en contiendas y emulaciones (encontraréis vuestro cumplimiento), sino revestíos de nuestro Señor Jesucristo y no cuidéis de la carne con demasiados deseos' ... "
Después de que hubo leído éste texto, San Agustín entendió que el mal en realidad no es otra cosa que la ausencia del bien que Jesús nos recomienda, y que el demiurgo malo no existe.


catecismo


HOME