PEDRO PUDÍN DE PAN EN EL BOSQUE


Un buen día, Pedro Pudín de Pan paseaba por el bosque de la fábrica de cemento.
Ya comenzaba a faltar la luz, y porque Pedro no reconocía el camino, estaba extraviado.
Casi se inquietó, cuando oyó el aullido de un lobo: "¡Auuuuuuuuuu!" ...
Ahora Pedro se inquietó de verdad, y estuvo temblando como una hoja.
De repente vio al lobo.


"¡Buenos días!", dijo, aunque ya se estaba haciendo noche, "me llamo Pedro Pudín de Pan." El lobo estiró las orejas y comenzó a mover la cola.
Pedro suspiró por alivio, y siguió buscando el camino a casa. El lobo lo seguía mientras meneaba la cola.
Siempre tomaban los senderos hacia abajo, pero a veces el sendero llevaba hacia arriba tras una curva, y a veces no tenía salida el sendero.
Sin embargo, al fin, ya estaba oscuro como boca de lobo, llegaron a un canal.


Piet Rijstepap


¿Pero cómo podían llegar al otro lado del canal?
A Pedro se le ocurrió una idea magnífica: iba a quitarse los vestidos uno por uno, y tirarlos al otro lado. Después iba a natar desnudo por la fría agua al otro lado y ponerse los vestidos allí. Si lo hiciera de esta manera, estaría al otro lado con vestidos secos.
Fue a cumplir la idea. Pedro Pudín de Pan se quitó el jersey, estiró el brazo, y tiró el jersey al otro lado.
¿Pero qué fue eso? El lobo saltó al agua, nató al otro lado, cogió el jersey con la boca, y se lo devolvió a Pedro Pudín de Pan.


Esto continuaba por un rato. Siempre que Pedro tiraba al otro lado una prenda de vestir, la devolvía el lobo.
Al fin se aproximó una motolancha, en la que estaba un agente de policía.
"¿Qué partidas extrañas están jugando?", preguntó.
Pedro Pudín de Pan le contó todo. Después pudo navegar en la motolancha a Maastricht con el policía y llevar al lobo consigo.
El lobo se quedaba con Pedro y su madre por dos semanas, y recibía agua y comida deliciosa para perros cada día. De repente desapareció. Ahora vive en el bosque como antes.