Pedro Pudín de Pan como ladrón


Un día, la familia Reuvers estaba comiendo. Sonó el timbre. Michiel corrió hacia abajo para abrir la puerta.
A la puerta estuvo un joven amable con cabello de escoba. "Buenas tardes", dijo. "Me llamo Pedro Pudín de Pan. ¿Están en casa mañana?"
Michiel le contó que la familia Reuvers iba a salir por Groninga mañana por la mañana para visitar a los abuelos. Pedro le saludó muy amablemente otra vez y se marchó.
Michiel volvió a su plato de patatas y repollos. Dijo que hubo estado a la puerta un gamberro extraño con cabello de escoba, quien iba a volver un otro día.


La mañana siguiente, hubo mucho tumulto. Todos estuvieron ocupados en hacer sus propias maletas. Suzanne quiso llevar su perrito de juguete, pero dejar en casa su muñeca negra. Frank puso sus bricks de construcción en la maleta, pero no los libros de Bob y Bobet.
Papá y mamá fueron a llevar sus propios libros. Erik y Michiel cogieron el juego del ajedrez y la baraja, pero no el juego de memoria.
Después de mucho correr y muchos gritos salieron de casa justo a tiempo. Cogieron el autobús por los pelos. Se prolongó el viaje todo el día. Se quedaron con los abuelos en Groninga por dos noches.


Al volver de Groninga a casa, todos fueron a sus propias cosas en seguida. Papá y mamá buscaron el correo cerca de la puerta, pero con gran asombro vieron que ya estaba en la mesa de cocina correctamente. Erik y Michiel se precipitaron al armario de juguetes, pero con gran susto vieron que faltaba el juego de memoria.
Entonces Suzanne buscó su muñeca negra, pero la muñeca faltaba también. Ya puedes acertarlo: Frank comprobó con tristeza que incluso habían desaperecido los tres libros de Bob y Bobet.
Michiel se dio cuenta de que un ladrón se había entrado en la casa. Dijo que tal vez fuese el gamberro con cabello de escoba. Papá llamó a la policía inmediatamente. Incluso contó que había estado a la puerta un tipo extravagante, y contó el señalamiento.


En todo lo restante del día, los de la familia Reuvers se quedaron esperando angustiados. Solo muy avenzada la tarde, llamó la policía por teléfono: acabaron de detener al ladrón en un café llamado 'el Perrún'. Claro que el detenido fue Pedro Pudín de Pan con cabello de escoba.
Estaba leyendo el tercero libro de Bob y Bobet, terminados los dos otros. Las cartas de juego de memoria estaban dispersas por la mesa. En la silla a su lado estaba sentada la muñeca negra.
Por supuesto, los niños recobraron sus cosas. Y Pedro Pudín de Pan tenía que estar en la cárcel por tres días. Tan solo recibía pan seco para comer, y una escudilla de agua.