CATECISMO CATÓLICO

por HFH Reuvers



LOS APÓSTOLES SAN PEDRO Y SAN PABLO

Simón Pedro era un pescador de Galilea. Jesús lo eligió como uno de los doce apóstoles. Hemos visto cómo Jesús le nombró su sustituto en la tierra. Así Pedro divino en el primer papa. Sin embargo, solo después de algunos siglos la primacía del obispo de Roma era clara a todos los cristianos.
En el Evangelio, Pedro aparece como un tipo espontáneo que iría a través de fuego y agua para le ayudar a Jesús, pero también negó a Jesús durante la pasión de éste. Después de la resurrección y ascensión de Cristo, Pedro y Pablo fundaron la Iglesia juntos bajo mucha opresión. Durante el reinado del emperador Nerón, Pedro fue crucificado lo de arriba abajo a causa de su fe cristiana. El papa que le sucedió ero un tal Lino, pero no sabemos mucho sobre él.

Pablo tenía a un padre romano y una madre juída. Al principio persiguió el cristianismo que comenzó a amanecer después de la muerte y la resurrección de Jesús. Sin embargo, en camino de Damasco tuvo una visión en la que Jesús mismo le invitó a convertirse. ¿Quién puede resistir a tal petición?
Aunque Pablo no era uno de los doce, gloriosamente mereció el título "apóstol". Le llamamos "el apóstol de los gentiles" porque acentuaba que la fe basta para ser un cristiano, y que los juídos ya no tienen que obedecer la ley juída. La expansión del cristianismo lleva el sello de Pablo más que el sello de otros, incluso Pedro. Viajaba a través de la parte del imperio romano que hablaba griego y fundaba cominidades locales de la Iglesia por todas partes. Más adelante les escribió sus epístulas famosas a éstas comunidades.
En el año de gracia 60 aproximadamente, el emperador Nerón mandó la ejecución de Pablo por razón de su fe cristiana, como también le aconteció a Pedro. Sin embargo, porque Pablo era un ciudadano de Roma, no podían crucificar a Pablo como crucificaron a Pedro. Lo decapitaron en cambio.

San Pablo compara la Iglesia a un cuerpo:
"Así Dios ha dispuesto los miembros de nuestro cuerpo, dando mayor honra a los que menos tenían, a fin de que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen por igual unos por otros." (1 Corintios 12, 24-25).
Las cosas flacas precisamente muestran mejor el poder de Cristo.


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